Lugares para ver

Vibo Valentia

Ideal para una experiencia lejos del mar, en el interior de Calabria y rodeados de la cultura local. Vibo Valentia es una ciudad histórica donde edificios e iglesias llenan las calles del centro histórico subiendo la colina hasta alcanzar el Castillo Normando.
Los aficionados de historia podrán disfrutar del Museo Arqueológico, que se encuentra dentro del Castillo y expone un gran número de artefactos de época griega, romana y medieval.
Vibo Valentia es el destino ideal también para ir de compras.
Antes de llegar a Vibo Valentia, por el camino hay muchos destinos que merecen una visita. El Hotel La Bussola os recomienda Marina di Briatico con su torre sarracena y Vibo Marina conocido por el delicioso puerto commercial, turístico y pesquero.

Reggio Calabria

Fundado por los Calcideses en el siglo VIII a.C., vivió su época de máximo esplendor en el siglo VI-V a.C. con el Imperio Romano.
Durante la Edad Media, esta ciudad se la contendieron bizantinos, sarracenos y normandos, y fue dominada primero por los angevinos y luego por los aragoneses.
A través de los siglos, la ciudad ha sufrido muchos momentos difíciles, primero la destrucción por obra de los turcos, luego el terremoto y finalmente la segunda guerra mundial. Sin embargo, la ciudad siempre ha sabido levantarse, mostrando un espíritu de lucha y haciendo florecer la agricultura, la industria, el comercio y el turismo.
Reggio Calabria es famoso por su ubicación en la punta de la bota italiana. El paseo marítimo Matteotti fue descrito por el poeta D'Annunzio como el kilómetro más hermoso de Italia.
Testimonios de la historia de la ciudad se pueden encontrar en sus iglesias y edificios antiguos, que hacen de ella un lugar de gran valor artístico. Desde unos puntos del paseo marítimo se pueden admirar los muros griegos que remontan al siglo IV a.C.
Es imprescindible una visita al Museo Nacional, rico de colecciones arqueológicas de artefactos hallados en el territorio, y a la catedral de la Virgen del Consuelo, donde se encuentra un ícono de la Virgen muy venerado y amado por la gente local.

Itinerario religioso Spilinga "Virgen de las Fuentes

Sobre el nacimiento del santuario de la Virgen de las Fuentes, que se encuentra en Spilinga, existe una hermosa leyenda que se ha transmitido oralmente de generación en generación durante años.
La leyenda habla de una aparición de la Virgen a una campesina anciana, llamada Ciciresjia. La Virgen le pidió que buscara su estatua y que levantara un santuario en el lugar del hallazgo.
En un primer momento, la mujer no hizo caso a la solicitud formulada en el sueño; pero al día siguiente, mientras iba a la fuente a lavar la ropa, vio la estatua de la Virgen y mirando más adelante notó también una hermosa cueva, ideal para la construcción del Santuario.
Desde entonces, esta hermosa cueva, un antiguo ermitaño rodeado de fuentes de agua, se ha convertido en uno de los principales destinos de peregrinación para la población local. De hecho, este lugar es desconocido por la mayoría de la gente, pero muy querido por los fieles.
El 21 de mayo de cada año, desde el santuario sale una procesión en honor de la Virgen de las Fuentes: la estatua se lleva desde la cueva hasta la ciudad, donde se deja expuesta por todo el día en la iglesia de San Juan. Por la noche, la estatua de la Virgen es llevada de vuelta desde el centro de la ciudad al santuario, acompañada por una procesión de antorchas.

Itinerario cultural al pueblo rupestre de Zungri

Zungri es un pueblecito agrículo situado en la provincia de Vibo Valentia. Su fama se debe a su ubicación especial: de hecho, el pueblo rupestre está excavado en la roca y se encuentra en posición panorámica con vistas al mar.
El pueblo está ubicado a 571 metros sobre el nivel del mar y desde su altura es posible disfrutar de una vista completa de la costa.
El asentamiento rupestre de los "Sbariati" se encuentra apenas fuera del pueblo y ofrece el testimonio de un mundo antiguo que sigue existiendo gracias a estos vestigios arquitectónicos y gracias a los artefactos hallados y guardados en el museo de arte rupestre. La visita a la aldea es muy fascinante.
Bajando por una carretera que se encuentra contra una pared de rocas, se llega a un marco natural muy especial. Aquí se asentaron los monjes basilios, que llegaban desde Oriente huyendo de las incursiones árabes en la costa; construyeron casas en las rocas e inventaron un modelo de vida especial que les permitía sobrevivir en aquel lugar.
En los siglos XII-XIV la aldea tenía al menos 100 casas-cuevas con espacios unicelulares y bicelulares.
El trazado urbano, que aún se ve hoy, nos muestra cómo organizaron la construcción de estas aldeas. Había tanto viviendas subterráneas, hipogeos, como viviendas epígeas , mientras que las carreteras eran rutas y escaleras excavadas en la roca.
La belleza y el ingenio de estas construcciones nos llevan a cuestionarnos sobre el estilo creativo de estos pueblos tan distantes en el tiempo, que fueron capaces de diseñar un plan para crear desde 0 un modelo social y urbano en el que vivir.